Igual que algunos chistes, ciertos temas filológicos nunca pasan de moda. Uno de ellos es el de la tilde del adverbio «solo» para diferenciarlo del adjetivo homófono. ¿Es necesaria? ¿Es superficial? ¿Se está autodestruyendo la lengua? ¿La están destruyendo los hablantes? ¿La está destruyendo la RAE? ¿Qué hay de todo esto?
Contenidos de la lección
Tilde del adverbio «solo»: ¿por qué?
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El debate surge a raíz de que la mayoría de hispanohablantes, como lo aprendieron con tilde, defienden acérrimamente su mantenimiento, saltando a la palestra con ejemplos —más o menos rebuscados y a veces escandalosamente ridículos— para demostrar lo indispensable que es la tilde de «solo» en función adverbial para evitar la confusión con «solo» en función adjetiva.
Para los más despistados, es menester repasar brevemente la teoría:
- «solo» = «solamente», adverbio, llevaba tilde; ahora se recomienda no ponerla en ningún caso, aunque la gente insiste en mantenerla.
- «solo(s)» ↔ «sola(s)», adjetivo, nunca ha llevado ni ahora lleva tilde; aquí nada nuevo bajo el sol.
La explicación detrás de la no tilde del adverbio «solo»
Recordemos que, según las normas básicas de acentuación, las palabras llanas acabadas en vocal no llevan tilde: tal es el caso del adverbio «solo».
Por supuesto, el español emplea con razonable precisión las tildes diacríticas, que sirven para diferenciar entre palabras semejantes, una de ellas átona y la otra tónica, como ocurre, por ejemplo, entre el «mi» posesivo (átono: «mi casa») y el «mí» pronombre (tónico: «dámelo a mí»).
Sin embargo, para mi oído, y seguro que para el de cualquier otro, son igualmente tónicos el adverbio (lo que se pretende que sea «sólo») y el adjetivo («solo», con su correspondiente femenino «sola» y sus correspondientes plurales «solos» y «solas»).
En este punto se suele aducir el hecho, bastante cuestionable, de que, si no se pone tilde en el adverbio, se corre riesgo de caer en anfibología, y se presentan rebuscadísimos —y, a menudo, ridiculísimos— ejemplos para respaldarlo.
Yo, sin embargo, he de decir que, en la lengua hablada, no tenemos signos gráficos como la tilde, sino que es el acento de voz —si se me permite la ruda expresión— el único que puede solucionar este tipo de ambigüedades; cabe asimismo recordar que la lengua escrita está al servicio de la hablada, y es deber de aquella adecuarse a esta para reflejarla lo más fielmente posible, dentro de sus obvias limitaciones.
Así pues, creo que, hasta la fecha, no ha ocurrido ninguna desgracia cuando un parroquiano descuidado ha pedido «un café solo», y a buen seguro que nunca se ha dado el caso en el que el buen camarero, confuso, haya expulsado al acompañante para satisfacer a su cliente, por haber entendido que quería «un café sin compañía»; ojo, que, por cierto, ese «solo» es en ambos casos adjetivo, por lo que nunca llevaría tilde.
Por otra parte, la diferencia semántica entre adverbio y adjetivo suele ser tan nimia que quienes se empeñan en continuar escribiendo el adverbio con tilde, ya sea por cuestión de costumbre, estilo o elitismo, a menudo se ven forzados a emplear los conocidos trucos, como probar a cambiar el referente a femenino y comprobar si el «solo» cambia a «sola», o a pasarlo a plural a ver si hay que cambiar a «solos»: «quiero un café solo → quiero una leche sola | quiero unos cafés solos».
Si, aun así, alguien estima que la anfibología en que podría incurrir por no aclarar que se está usando el adjetivo o el adverbio es imperdonable, merece la pena que se le recuerde que el español es una lengua dúctil, con un orden de palabras flexible que permite, mediante la posición de la palabra, concretar de forma más precisa a qué otra palabra está modificando.
Pero si alguien llegara a ser tan brillante como para inventar un ejemplo en el que, con todo lo expuesto hasta ahora, siguiera habiendo una anfibología peligrosa, es tan fácil como el uso de los maravillosos sinónimos. Recordemos que el adverbio «solo» equivale a «solamente», igualmente intercambiable por «únicamente» u otras palabras.
Me tomé un café solo
Uno de los ejemplos que se suelen traer a colación es el siguiente:
Me tomé un café solo.
Esta oración puede significar, en principio, dos cosas:
Me tomé un café (estando yo) solo.
Me tomé un café solo. (= un café al que no se le añade nada)
Vale, la duda parece razonable: hay un riesgo real de confusión. La cuestión es que, mire usted por dónde, en las dos interpretaciones el «solo» realiza una función adjetiva, así que ni antes ni ahora se le pondría tilde.
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Demostración gramatical
Para demostrarlo, primero recordaremos algo básico de gramática, para que a nadie le coja a trasmano la explicación. En español, los adjetivos concuerdan en género y número con el sustantivo al que acompañan, es decir, si yo digo «el niño», el adjetivo ha de ser «bueno»; «la niña», «buena»; «los niños», «buenos»; «las niñas», «buenas».
Vemos, pues, que, si el hablante de la primera interpretación es, en realidad, una hablante, dirá:
(Yo, María,) me tomé un café sola.
Por tanto, en esta interpretación, «solo» es un adjetivo que se refiere al sujeto y, como tal, nunca habría llevado tilde.
En la segunda interpretación, el adjetivo «solo» va acompañando al sustantivo «café». Si en vez de tomarme un café solo (masculino) me estuviera tomando un «agua sin nada más» (femenino), diría esto:
Me tomé un agua sola.
Si hemos tenido que cambiar «solo» de género cuando el sustantivo es de otro género es porque ese «solo» realmente era un adjetivo.
Solo me tomé un café solo estando solo
Alguno, por seguir a porfía, dirá que la oración también puede interpretarse así:
Me tomé un café solo (= un café y nada más).
Y es posible, pero, en ese caso, el orden natural (insisto en el énfasis de «natural») de la oración es el de poner el adverbio lo más pegado posible al verbo:
Solo me tomé un café.
Por no hablar de la posibilidad de usar el sinónimo «solamente», el contexto y, sobre todo, la lógica.
Por qué deberías abandonar el pueril ejemplo de «tener sexo solo»
Otro chascarrillo que circula por las redes sociales como prueba definitiva de la necesidad de la tilde del adverbio «solo» es el de «tener sexo solo una hora». El ejemplo es esperpéntico; pero si, aun así, decidiéramos tomarlo por aceptable, también tendríamos entonces que plantearnos tildar «seguro» en un ejemplo como este:
Esta noche tendré sexo seguro.
¿Esta noche tendré sexo seguro (con las debidas medidas profilácticas)? ¿Esta noche tendré sexo *segúro, es decir, con toda probabilidad? Y también entonces tendríamos que poner tildes a mansalva para distinguir otros pares de palabras. Pero no: recordemos que la tilde diacrítica no responde a la distinción de categorías gramaticales (por ejemplo, adjetivo frente a adverbio) ni de significados, sino simplemente a la tonicidad frente a otra palabra semejante pero átona.
Esto último quiere decir que el hecho de que haya pares de palabras con y sin tilde que tienen una categoría gramatical y/o un significado distinto es puramente circunstancial —si se me permite este uso detectivesco y leguleyo en este artículo—, pero la función de la tilde diacrítica no es marcar la categoría gramatical ni el cambio de significado: la función de la tilde diacrítica (como la función de la tilde ortográfica en general) se limita a la prosodia, es decir, a marcar el golpe de voz en la palabra tónica frente a la átona.
En cualquier caso, señores, recordemos que la tilde de «solo» ya estaba vista para sentencia desde 1959. Aceptémoslo.
¿Problemas con las tildes?
Te haya convencido o no respecto a la tilde del adverbio «solo», y viendo que eres una persona preocupada por la acentuación… ¿Necesitas ayuda con la ortografía?
Para ello tienes mi curso de acentuación. Puedes empezar inmediatamente con la primera clase, con teoría y práctica. Aquí te dejo la parte teórica:
y en el caso de: «Me tomé un café solo» (solamente tomarse un café), mucha gente lo utiliza en Centroamérica y bueno, la lengua es un sistema que sobretodo es convencional.
Soy de Honduras y entiendo perfecto, que se refiere a un café negro.
Sólo tomé solo un café solo.
Solo tomé sólo un café solo.
Sólo tomé un café solo solo.
Nah, sólo por rizar el rizo.
Y si el hablante es masculino y dice » Me tomé un café solo»? Ahí cómo sabemos a qué se refiere, teniendo en cuenta que en castellano el orden sintácico es tan variable, a pesar de cierta ‘naturalidad’ que ostenta?
Me tomé un café sola, vale. Habla ella y está sola. Y, ¿»Me tomé un agua solo»? es otra posibilidad y demuestra que ese ‘solo’ no tiene porqué realizar solo una función adjetiva respecto al sustantivo que lo antecede…
Me tomé un agua sola, puede estar sola tanto ella o el café negro.
Me tomé un café solo/ me tomé solo un café/ Solo me tomé un café; aquí la primera es ambigua por mucho que digan.
A mí no me convence. Y menos como hablante seminativo, el acento ortográfico ayuda también a los estudiantes de español. Cuanto más unívoca es la palabra, más fácil es de delimitar, diferenciar y aprender, en mi opinión.
Te dejé un comentario en otra entrada que parece una novela, pero aquí seré breve.
Es innegable que es posible encontrar casos de ambigüedad en los que resulta imposible determinar, en una oración aislada, si se trata del adverbio o del adjetivo (hace poco me encontré con un simpatiquísimo ejemplo: «Me masturbo solo en mi habitación»). Sin embargo, uno de los argumentos que más firmemente me convenció de la sensatez de la decisión de suprimir la tilde (cambio que, cabe recordad, ocurrió cerca de una década antes del escándalo, como es posible constatar en la edición conmemorativa de _Cien anhos de soledad_, que no contiene un solo «solo» con tilde), fue el reconocimiento explícito de que la lengua, en su uso real por los hablantes, no es nunca un hecho aislado, carente de contexto, en el que realmente sea posible la confusión entre el adverbio y el adjetivo.
Fuera de una clase de espanhol o una gramática donde se busque explicar la diferencia entre la dos funciones gramaticales de «solo» no encontraremos nunca una oración en la que carezcamos de contexto a tal punto que quepa tal ambigüedad y, en los hechos, para explicar ambas funciones la tilde es completamente innecesaria ya que en cada caso se tiene que hacer (se ponga o no se ponga tilde) verbalmente explícito cada uno de los sentidos posibles.
Mmmm, ¿y la frase «Me tomé solo un café»? ¿Anfibología y andando?
¿Qué posibles confusiones hay ahí? 🙂
Creo que sigue siendo un tema confuso. El tema de la tilde en este contexto me parece fundamental para comprender el auténtico significado de una oración.
Un ejemplo:
«Tengo hambre; solo he tomado un café».
«Tengo hambre; he tomado un café solo».
La segunda frase es menos habitual que la primera, pero es correcta. Al escribir antes «tengo hambre», no hay ambigüedad, así que no se debe poner tilde. Pero si escribimos «he tomado un café sólo» sin más y con el sentido de «solamente», sí deberíamos poner tilde para evitar la ambigüedad. Cierto que el orden no es el habitual y que podría usarse la palabra «solamente», pero es correcto.
Recuerdo que el Diccionario panhispánico de dudas dice:
« … cuando esta palabra [solo] pueda interpretarse en un mismo enunciado como adverbio o como adjetivo, se utilizará obligatoriamente la tilde en el uso adverbial para evitar ambigüedades: Estaré solo un mes (al no llevar tilde, solo se interpreta como adjetivo: ‘en soledad, sin compañía’); Estaré sólo un mes (al llevar tilde, sólo se interpreta como adverbio: ‘solamente, únicamente’)». http://lema.rae.es/dpd/srv/search?id=Adwesaq4ND64VT09xQ#323
Ojo, que el DPD que actualmente hay en línea es la versión de 2005.
Sería interesante señalar cómo en el ejemplo de «4) Me tomé un café solo (= un café y nada más).» la curva entonativa (siento meterme en temas no ortográficos en este apartado) varía notablemente al final para dejar claro de qué se trata. Sin embargo, oralmente no se distingue entre los ejemplos de «(2) Me tomé un café (estando yo) solo.» y «(3) Me tomé un café solo (= un café al que no se le añade nada, black coffee que dicen los ingleses).», al igual que en la escritura. Con esto solo quiero señalar EL PODER DEL CONTEXTO: – si hablamos en ese momento de tipos de café, de bebidas, ingesta o asuntos similares o si hablamos de lo triste que es nuestra vida. Estos dos casos nos darán la respuesta, otro modo sería escribir eso entre paréntesis o decirlo (incluido el black coffee)
.
No salgo de mi asombro. Por dar la razón a esos fósiles de la R.A.E. algunos sois capaces de retorcer la lógica hasta límites imposibles. Yo seguiré colocando la tilde en ese ejemplo para no perder tiempo en la interpretación y los que, al parecer, disfrutáis con la ambigüedad paseando por el contexto para entender lo que hay escrito, seguid haciendo lo que os dé la gana
Creo que quitar el acento a «solo» es hacer la legua más pobre, diganme si le quitamos el acento qué quiere decir: me quedo solo hasta las 3 horas. Si le quitamos el acento no se sabe si a las 3 se va o que no hay nadie con él hasta las 3. Además si le quitamos a sólo, que se le quite también a cómo, cuándo, dónde, etc…..tampoco cumplen las reglas de acentuación que es en lo que se basa la RAE para quitarlo. En definitiva yo voy a seguir usándolo.