La sartén es un utensilio de cocina que sirve para freír, saltear, asar, etc.
Una característica de cualquier sartén estándar es que tiene un único mango. El mango es la parte larga, normalmente de plástico, por la que se coge la sartén para no quemarse.
Como vamos a ver, el verbo «tener» no expresa simple posesión como en «Yo tengo una sartén» (= es mía). En esta expresión aparece el significado especializado de ‘mantener’; o sea, tener cogido algo durante un periodo de tiempo.
¿Qué significa «tener la sartén por el mango»?
Imaginemos que hay dos personas que se enfrentan por coger la misma sartén. El ganador del enfrentamiento será probablemente quien pueda cogerla por el mango, pues no se quemará, al contrario que la otra persona. Esta es la que tiene la sartén por el mango y, por tanto, una grandísima ventaja sobre la otra persona que interviene.
Aplicando el modismo a una situación más realista, imaginemos una entrevista de trabajo en una academia de idiomas en un país extranjero. El director de la academia necesita desesperadamente un profesor nativo porque el curso empieza en un par de días y los alumnos han contratado clases con un profesor nativo.
En esta situación, es el profesor el que tiene la sartén por el mango. Por tanto, el profesor tendrá mucha más capacidad de negociación. Por ejemplo, podrá exigir un sueldo más alto.
En este ejemplo, el profesor no le diría al director: «Oye, soy yo el que tiene la sartén por el mango». Sí podría decirle a su esposa, al volver a casa: «He conseguido el trabajo y además he negociado un mejor sueldo porque era yo el que tenía la sartén por el mango».
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