El segundo capítulo de Cuéntame trata sobre la primera comunión de Carlitos, las razones por las que considera hacerse musulmán y el tema del dinero y las dificultades que pasan los españoles por gastar más del que tienen. A pesar del título del capítulo, apenas se hace mención al futbolín.
Índice de escenas
- La televisión
- El rendimiento del dinero
- La amiga de Herminia
- La primera comunión
- El preu de Toni
- Herminia sobra
- El favor de don Pablo
- Jesús autoritario
- Enfrentamiento de Carlitos con don Venancio
- La peluquería
- La visita de don Venancio
- La conversación con el Cervan
- La cena
- El dormitorio de Antonio y Merche
- Las revueltas de París
- Los amigos de Carlitos
- Las provisiones
- La reconversión de Carlitos
- La comunión de Carlitos
La televisión
En el capítulo anterior los Alcántara habían adquirido, por fin, su primera tele. En torno a ella se arremolinaban para compartir su tiempo familiar, concretamente para ver Un millón para el mejor, típico programa de concurso para ganar dinero que tenía soliviantado (inquieto, perturbado) a todo el mundo. Aunque un millón de pesetas equivale a 6010,121 euros, en aquella época era equivalente a unos 135 000 euros. Con ese dinero, Toni podría comprarse al menos una guitarra eléctrica y un biscúter (microcoche español pequeño, simple y barato por las necesidades de época franquista).
A las 20:30 en invierno y a las 21:00 en verano los peques (niños) tenían que irse al catre (cama), pues se acababa el horario infantil en la televisión. Se encargaba de anunciarlo la familia Telerín.
El rendimiento del dinero
Aunque Herminia afirma que el dinero no da la felicidad, Merche fantasea un poco con lo que haría con tantos duros (1 duro = 5 pesetas). Herminia vuelve a recriminarle a su hija la compra a plazos de la tele.
En la peluquería, Pili cree que un millón no es tanto: tras hacer algunas compras básicas, lo que queda es calderilla (poco dinero, literalmente las monedas sueltas que se llevan en el bolsillo). Inés fantasea con viajar, aunque es consciente de que uno no puede viajar por cuatro perras (poco dinero).
La amiga de Herminia
La amiga de Herminia, doña Valentina, es una mujer excesivamente fantasiosa. Están las dos tomando café y cotilleando sobre el dueño de la frutería, que originalmente era un muerto de hambre (tenía muy poco dinero), pero dio un braguetazo (se casó con alguien de mucho mayor nivel socioeconómico).
Doña Valentina se queja de que unos tantos y otros tan poco, justo ahora que en su familia tienen necesidad por haberse quedado en estado (embarazada) su nuera, que si patatín, que si patatán (entre otras cosas; etc., etc.). También sale el tema del asilo al que podrían enviarla, ya que el hijo de Valentina es un calzonazos (hombre sin voluntad que siempre hace lo que quiere su mujer).
Aunque son amigas, se hablan de usted y de doña.
La primera comunión
Todos los niños hacían la primera comunión alrededor de los 9 años. Para ello debían hacer el catecismo, es decir, ir a catequesis durante 2-4 años.
Además del impacto social en la vida de los niños, la primera comunión es un gasto importante para la familia. Merche y Antonio tienen una pequeña discusión sobre el gran desembolso que supone la comunión de Carlitos. Antonio no quiere tirar la casa por la ventana (gastar todo lo disponible y más) porque están un poco apretados y con la soga al cuello.
No cree que sea necesario que un niño se tenga que vestir de almirante (oficial general de la Armada), con el gasto que supone comprar el traje. Aún hoy es costumbre en España que los niños vayan vestidos de almirante y las niñas como princesas/novias en miniatura (se ven imágenes reales en los créditos finales del capítulo).
Además hay que tener en cuenta la merienda/banquete y los regalos. Antonio calcula unos 5000 duros (25 000 pesetas), con lo que van a estar empapelados (debiendo dinero) durante toda la vida. Merche intenta convencer a Antonio porque a Carlitos le hace mucha ilusión (tiene muchas expectativas y desea hacerlo) y está nerviosito perdido (en expresiones de este tipo, el diminutivo realmente expresa aumento, igual que «perdido»).
El preu de Toni
Toni está estudiando para aprobar el preu (preuniversitario, examen de acceso a la universidad). Carlitos lo interrumpe con su nueva fantasía de hacerse musulmán. Toni le dice que está chalado (loco).
Herminia sobra
Herminia vuelve de cobrar los puntos (la pensión) y aprovecha para mencionar lo del asilo de doña Valentina, que los mayores sobran, etc. Merche le dice que no sea boba (tonta).
El favor de don Pablo
Antonio intentó pedir un anticipo en el Ministerio, pero según la última circular («memo», modernamente) ya no se otorgan. Prueba suerte con el dueño de la imprenta, don Pablo, quien le hace el favor de no dejarle ni un duro. Antes de irse, le pide a Antonio que les meta caña (les dé prisa) a los demás trabajadores para que acaben la tarea.
Jesús autoritario
Inés y Pili hablan sobre lo ocurrido con Jesús, el novio de Inés, que no quiere que se gaste el dinero de la cartilla en un viaje. Pili parece autoritaria al respecto y afirma que a ella ningún novio se le subiría a las barbas (le diría lo que tiene que hacer o le faltaría al respeto).
Enfrentamiento de Carlitos con don Venancio
Durante la catequesis, Carlitos le dice a don Venancio que el cristianismo y nuestro cielo es un rollo (es aburrido). La réplica de don Venancio es un buen ejemplo de uno de los usos del artículo definido: «¿Cómo que nuestro cielo? Será el cielo: cielo no hay más que uno». El cura le dice a Carlitos que no diga sandeces (tonterías) y acaba echándole una bronca monumental (riñéndole muy seriamente).
La peluquería
Inés y Pili siguen hablando sobre su futuro viaje a París. Nieves, la dueña de la peluquería, les dice que le están poniendo los dientes largos (dando envidia).
La visita de don Venancio
Tras el incidente en catequesis, el cura don Venancio le ha anunciado a doña Herminia una visita urgente para hablar de Carlitos. Merche quiere causar una buena impresión al párroco con vino y pastas (galletas, dulces). Antonio se teme que la visita realmente sea para sacarles los cuartos (pedirles dinero).
Finalmente don Venancio les expone el problema: Carlitos es un apóstata por cambiarse a la religión musulmana. Herminia mezcla la religión con uno de los lemas franquistas: una, grande y libre, referido a España. Intentan buscar las razones del disparate (acto loco) de Carlitos.
La conversación con el Cervan
Carlitos va al quiosco del Cervan a devolverle su tebeo de El Capitán Trueno porque el protagonista lucha contra los musulmanes.
Entretanto vienen un par de hombres para comprar cigarrillos sueltos (no un paquete entero). El Cervan se queja de que así no va a forrarse (hacerse rico). Les cobra las calas (pesetas) correspondientes de forma bastante borde (maleducada).
La cena
Merche acusa a Antonio de contarle a Carlitos tantas historias de la mili (servicio militar obligatorio) y de haberle llevado a ver Lawrence de Arabia. Toni dice que Carlitos está loco perdido.
La situación en la mesa se pone tensa cuando Inés revela su viaje a París. Mientras, Carlitos se queja de que quieran obligarle a hacer la comunión. Antonio le amenaza con darle un sopapo (un golpe con la mano abierta), que no está el horno para bollos (la situación es tensa y complicada).
El dormitorio de Antonio y Merche
Antonio piensa en arreglar la situación a guantazos (golpes con la mano abierta); aunque nunca lo ha hecho, más vale tarde que nunca.
Confiesa que le ha contado que algunos musulmanes son polígamos, y Merche se pregunta recriminando qué cosas habrá hecho Antonio en Marruecos durante la mili («a saber qué habrás hecho tú…»). Antonio le dice que nada, que apenas les daban dinero; Merche no termina de creérselo («y yo me chupo el dedo»).
Antonio reflexiona sobre lo que supone el qué dirán (qué dirán y pensarán los demás, la necesidad de aparentar un nivel socioeconómico difícil de mantener). Tantas preocupaciones económicas no le permiten a Antonio pegar ojo (dormir).
Las revueltas de París
Aunque algo así no saldría en la tele si ocurriera en España debido a la censura, tratándose de París sí puede emitirse una protesta violenta; esto mostraba que otros lugares eran peligrosos y violentos, al contrario que España. Herminia se lo cuenta a Merche: «¡Ya se ha armado la marimorena!» (hay disturbios, líos, problemas); y advierte: «Cuando las barbas de tu vecino veas pelar, pon las tuyas a remojar» (si algo le pasa a otro, prepárate porque posiblemente te pase a ti también).
Al ver que los manifestantes franceses tiran piedras a los policías, Inés se pregunta que a ver cuándo en España la gente se atreverá a tirárselas a los grises (policía franquista, conocidos por su brutalidad policial).
Los amigos de Carlitos
Mientras intercambian cromos, Carlitos intenta convencer a sus amigos de que se hagan moros. Mientras Josete lo considera, Carlitos le pide a Luis que no se chive (decirle que alguien ha hecho algo que no debía) a don Venancio, ya que se va a cabrear (enfadarse). Mientras que Josete prefiere los regalos de la comunión para esta vida, Carlitos se lo pasará pipa (se divertirá mucho) cuando se muera.
Las provisiones
Carlitos vuelve a casa con hambre e intenta comer de los fiambres y embutidos que Mercedes está preparando. Ella lo expulsa de la cocina («¡Largo!»).
Doña Herminia viene cargada como una mula de provisiones, ya que tras lo visto en París teme que ocurra como en el 36 (la guerra civil y la posguerra).
La reconversión de Carlitos
Inés se despide de su novio, que es un pulpo (toquetea mucho). Jesús está en la inopia porque no sabe nada sobre la revolución en Francia. Cuando Inés vuelve a casa, ayuda ella a su madre, pues Herminia está reventada (muy cansada).
Cuando Carlitos se entera de que los musulmanes no pueden comer jamón, chorizo, lomo embuchado, etc., decide volver a ser cristiano.
La comunión de Carlitos
Antonio reflexiona sobre qué ocurriría si le pasara algo. Merche le dice que toquen madera (para atraer la buena suerte) y que no sea cenizo (no piense en cosas malas para que no ocurran realmente). Antonio propone que a partir de entonces dejen de pagar cosas a plazos y las paguen al contado.
Finalmente, Merche se ha salido con la suya (ha conseguido lo que quería) y han tirado la casa por la ventana con la comunión de Carlitos, que iba vestido de almirante. Entre los regalos se encontraba la biografía del Cid Campeador.
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